Frase PacificMaker[Mi libertad termina donde comienza la de los demás]Me tomó una milésima de segundo entender que había perdido los grilletes constrictivos que me había auto impuesto por temor a la verdadera paz, esas pesadas cadenas marcaban los pasos a ritmo de penitencia, cada eslabón decodificaba una melodía de esperanza y ternura.
Las metálicas marcas hacían de mis brazos los crisoles más débiles que haya podido ver; la carne viva comenzaba a transpirar desesperación, calmaba su fuente de tormento inhalando la libertad proporcionada por la gigantesca majestuosidad del límite horizontal. No podía precisar en ese momento si todo Dios era azul, pero en ese delicado flagelo a mis párpados podía sentir que una aureola celeste me aplastaría ni bien reconociera mi nuevo estado. Realmente me había despedazado arrancándome el megajuicio de mis muñecas, me pudría con todo el odio del ardiente ojo omnipresente, la arena me tragaba con su repudio a la humedad obligándome a arrastrarme para poder suplicar una cicatrización. Desorbitado y funámbulo por seguir la línea de vida, comenzaba a deslizarme por el límite del estado más puro de libertad y la aberración que empeñó mis órganos. Esta secuencia también me tomó otra milésima de segundo.
El drama está, en que fue muy fácil. Esto me lleva a la conclusión que nunca hubo grilletes, nunca hubo penitencia, nunca hubo una tormenta; la ilusión de pasar el tiempo en mezclas constructivas de ideas, de pequeños dogmas, interacciones físicas y muchas otras implicancias resolvían el misterio de la falta de calidez de tan gran desierto. Y es porque nunca dejé de caminar hacia ese eterno atardecer, la climatología que daba trasfondo a todos los procesos comunicativos que comenzaba plantear, ya se grandes impactos en los subconscientes de quienes no creen o la estructura más elemental para crear una marca. Evidentemente el planeta y yo nos movemos gracias a la definición que impone la tranquilidad de la relatividad general, una secuencia de ocasos se dan sin ningún límite temporal, el cual logra en mi espíritu la verdadera consciencia de un plano metafísico que no tiene punto tangencial con los aspectos tridimensionales. Esta renovada reafirmación de la maravilla cotidiana, esqueleto de mis futuras teorías, son también reflexionadas a la mayor distancia posible, en un pequeño fragmento que jamás pude recordar su nombre, pero que disfruta mucho más veces la puesta de esta gran masa de hidrógeno y helio. Este distante trotamundos, sabe que también mi inmenso desierto está a su disposición, hasta que mi amnesia me asesine por completo, lo esperare probándome todos los grilletes que sean de mi talla.
Leer más...
Las metálicas marcas hacían de mis brazos los crisoles más débiles que haya podido ver; la carne viva comenzaba a transpirar desesperación, calmaba su fuente de tormento inhalando la libertad proporcionada por la gigantesca majestuosidad del límite horizontal. No podía precisar en ese momento si todo Dios era azul, pero en ese delicado flagelo a mis párpados podía sentir que una aureola celeste me aplastaría ni bien reconociera mi nuevo estado. Realmente me había despedazado arrancándome el megajuicio de mis muñecas, me pudría con todo el odio del ardiente ojo omnipresente, la arena me tragaba con su repudio a la humedad obligándome a arrastrarme para poder suplicar una cicatrización. Desorbitado y funámbulo por seguir la línea de vida, comenzaba a deslizarme por el límite del estado más puro de libertad y la aberración que empeñó mis órganos. Esta secuencia también me tomó otra milésima de segundo.
El drama está, en que fue muy fácil. Esto me lleva a la conclusión que nunca hubo grilletes, nunca hubo penitencia, nunca hubo una tormenta; la ilusión de pasar el tiempo en mezclas constructivas de ideas, de pequeños dogmas, interacciones físicas y muchas otras implicancias resolvían el misterio de la falta de calidez de tan gran desierto. Y es porque nunca dejé de caminar hacia ese eterno atardecer, la climatología que daba trasfondo a todos los procesos comunicativos que comenzaba plantear, ya se grandes impactos en los subconscientes de quienes no creen o la estructura más elemental para crear una marca. Evidentemente el planeta y yo nos movemos gracias a la definición que impone la tranquilidad de la relatividad general, una secuencia de ocasos se dan sin ningún límite temporal, el cual logra en mi espíritu la verdadera consciencia de un plano metafísico que no tiene punto tangencial con los aspectos tridimensionales. Esta renovada reafirmación de la maravilla cotidiana, esqueleto de mis futuras teorías, son también reflexionadas a la mayor distancia posible, en un pequeño fragmento que jamás pude recordar su nombre, pero que disfruta mucho más veces la puesta de esta gran masa de hidrógeno y helio. Este distante trotamundos, sabe que también mi inmenso desierto está a su disposición, hasta que mi amnesia me asesine por completo, lo esperare probándome todos los grilletes que sean de mi talla.
__THISRES__94958.jpg)





Y este mensaje no es necesariamente comprar el juguete o ser afortunado como el niño del anuncio televisivo, el mensaje de la publicidad infantil tiene también sus intensiones a futuro. Al definir como sienten y se expresa cada niño, los infantes al proyectarse en cada anuncio, comienzan a desarrollar su aprendizaje en base lo que aprendieron por la publicidad. Y lo delicado sería que colocar a estos niños en los anuncios desarrollando los roles que hacen sus padres, pero roles que tienen esta tendencia sexista, como indica La profesora de Técnicas del Mensaje Periodístico y de Comunicación Especializada de la Universidad de Málaga (UMA) Elena Blanco, querer vender a los niños juguetes que desarrollen su creatividad, a las niñas muñecas o electrodomésticos, tiene efecto subliminales, pero no hay ley que prohíba esto.

La escuela de Frankfurt creó la teoría crítica para desarticular el fuerte posicionamiento de la publicidad y propaganda, su visión era darle un sentido más reflexivo a las comunicaciones, pero ahora la sociedad sigue regida por lo que tanto detestaban estos estructuralistas, la idea de la sociedad del entretenimiento. Estas mismas exigencias se reflejan en los niños cuando ven un anuncio publicitario. Esta búsqueda del entretenimiento infantil es encarnada por toda la gama de juguetes que podríamos mencionar. Toda esta historia de juguetes pueden ser divididos de tres formas especiales, enfocados para los varones, mujeres y para toda la familia; pero el atractivo de que un niño tenga un juguete único para su género lo hace más apreciable, y aún más si este juguete contiene elementos que lo identifican con su cultura, es así que comienza a distorsionarse el sentido de los juguetes. Estos deberían reflejar las necesidades fantasiosas de los niños por imitar a sus superiores, o de poder desempeñar su naturaleza imitativa, pero los juguetes son presentados suspendidos en este punto, sin exigir que los niños busquen alternativas para romper estos parámetros. 
Para regular esta situación existen una serie de organizaciones que velan por la correcta formación de los niños de este acoso mediático. En el presente ensayo se discutirá cuan relevante y peligroso puede ser una de las propuestas de la publicidad infantil, teniendo como eje los spots publicitarios. Esta es, el establecimiento de los roles en los más pequeños de los hogares según su sexo. Para esto demostraremos, el poder de alcance que ha logrado la publicidad en los niños, las condiciones que acorralan su creatividad, y finalmente los resultados esperados por las empresas al definir los roles de acuerdo al sexo.





