Sanción y donación

El perdón y la justicia

"Si la justicia siempre prevalecerá

y nuestro boleto hacia el futuro

está igual desde el día que nacimos

dándonos posibilidades ilimitadas

entonces el futuro no tiene porque

preocuparnos, yo solo puedo pensar

en eso"

Rem Saverem

Para mi el perdón es un asunto íntimo que tendrá un fin público por inercia, pero este acto es externo a la justicia. Entonces, el perdón es el acto gratuito de dar por pagada una culpa; por su naturaleza de donación no puede ser en ningún sentido justicia. Es por esto que el perdón tiene como objetivo superar un sentimiento de ofensa.
De esta forma el perdón no puede ser un acto inexplicable, ya que si nos vamos a superar a nosotros mismos es por que ya tenemos conocimiento de nuestra libertad. Por lo que el perdón sería la liberación de un sentimiento destructivo producto de una injusticia que afecta directamente nuestro derecho moral.
Esto a diferencia de Derrida si es posible, por que Derrida ve al perdón como una aporía, un acto imposible, que la condición principal para el perdón es que exista un acto imperdonable. Esta crisis o contradicción, hace del perdón un acto sobre humano, como lo consideran varios cristianos: un hecho divino. Entonces el perdón sería un acto hipócrita por que nadie podría superar su ser, lo imperdonable. Lo cual para esto es falso puesto que el perdón nos libera del sentimiento infernal que no nos deja avanzar, nos impide razonar, no deja vivir. Entonces el perdón es motivado por esta primera cuestión, nuestra libertad. Pero en libros como “En la soberanía” mencionan que el perdón es un complemento de la justicia. Por que ven al perdón como un acto que concluye en la reconciliación y este es producido por la justicia.
Es aceptable y cierta la razón de que a reconciliación es el fin del perdón; por que nosotros al alcanzar esta libertad otorgamos de manera gratuita ala victimario; en cambio si este argumenta que en ningún momento ofendió y sus razones son más consistentes, entonces nuestro derecho moral es producto de una defectuosa deliberación. Por esto es necesario que el fin del perdón sea un acto bilateral, para que de verdad se de la recuperación de la dignidad del victimario y pueda reintegrarse a la relación con el ofendido, pero esto sería muy a parte de la sanción establecida por la justicia.
La entrega del perdón y el fin de la justicia, es la coincidencia que confunde a la mayoría, pero estas reconciliaciones parten de dos diferentes puntos. Uno es la máxima expresión de libertad para una vida moral que no será determinada por este sentimiento de ofensa. El otro, la sanción, es el acuerdo que basado en principios de justicia beneficiará a la mayoría políticamente activa que no buscará repetir el acto injusto mediante el ojo por ojo. Por esto mezclar la declaración del perdón (hecho con las mejores intenciones) y el objetivo de una buena sanción, confundiríamos aquellas obligaciones, que estableció John Mill, de la moral perfecta e imperfecta; pero que guardan una misma meta, acabar con el círculo de la venganza.